“HOY, COMO MAÑANA, TÚ NO TE MUERES. ESPERANZA.”




Si por las calles de la pobreza,
mientras repican las campanas,
caminan familias,
sin casi nada para comer,
y en la vieja plaza de San Pedro,
una voz nos llama
y nos quiere reconocer,
para predicar la palabra
del profeta al que amo yo.
Entonces, éllos …,
no adoran a un mismo Dios.






Si cuando terminan de rezar …,
y con sus anillos sellados en oro,
caminan por los pasillos de su verdad,
contemplando el gran tesoro,
desde la capilla donde los fieles,
van a confesar …,
y con un simple amén,
luego se sientan en la mesa,
para comerse el gran banquete …
Entonces éllos …,
no adoran a un mismo profeta,
éllos se comen el pan
que deberían ofrecer ...,
pero todo sigue igual …
Éllos no adoran al mismo Dios,
que adoras tú y que adoro yo.
Todo es mentira,
nada es verdad,
ese no es el mundo soñado,
todo eso és, triste falsedad.






Por caminos corruptos
hemos vagado,
y si ha sido sólo por nuestra culpa,
no lo podemos saber …
Hemos visto a más de un niño
desamparado,
y aquel que perdió sus valores humanos,
no lo quiere reconocer …






Hemos manchado hasta nuestras uñas,
de sangre,
y echamos la culpa,
a más de mil demonios,
dejamos que más de un corazón
se desangre,
y aún no comprendemos,
que vagamos a cuestas...,
por culpa de nuestros mismos odios …






Hoy, con el corazón arrepentido,
muchos prenden la luz
de un nuevo amanecer,
confiesan todo lo que han sufrido,
pero los ángeles de la muerte ...,
vuelven a vencer.






Que hoy no derramen más lágrimas,
los que viven con penas y penurias …
Que hoy echen las armas,
a un abismo de basura.
Que hoy se coman a besos,
sin intereses deleitosos de lujurias,
y que se cierre el triste telón ya,
de esta vida impura.






Que hoy el mundo celebre,
el aniversario de la reconciliación,
y vayamos todos …,
sin ningún rencor,
a olvidar,
que ayer alguién,
nos clavó un puñal en el corazón.






Que hoy,
se quemen los trajes
y las medallas de la dictadura,
y entierren a los ángeles de la muerte ...
Que hoy no se pueda ver desde la atalaya,
las tinieblas de la locura,
y que el corazón que sobrevive,
sea más …, mucho más fuerte.






Que hoy quisiera irme contigo,
ya sin dolor,
a celebrar el aniversario,
de la paz y la libertad universal,
ir todo el mundo, ya sin temor,
a olvidar,
que ayer nos quisieron obligar,
a odiar la desigualdad …






Que sea una realidad, ya para siempre,
que el mal y el hambre,
no sea ya, la causa de tanta muerte.






Hoy,
entre los barrotes de mi celda,
y entre las alambradas
que no me dejan atravesar esta bella selva,
antes de que pierda la memoria,
pongo el alma del mal y el corazón del bien,
en la balanza,
y prendo fuego a todo lo que fue …,
prefiero vivir,
dándole la espalda, a la venganza,
y prendo la llama concebida por la verdadera …, fe.
En ti, pongo toda confianza ...
Hoy, como mañana, tú no te mueres. Esperanza.

 


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©Vicente V. Solera

3 comentarios:

Naveganterojo dijo...

Has despertado mis sentimienos de golpe.
Domingo, despertar tranquilo, pasear por los jardines amigos deleitandome con sus flores, sus aromas, sus colores, sin prisa.
Hasta que he llegado al tuyo, el deleite se ha convertido en desazon, la felicidad en tristeza, aunque tambien en esperanza, una esperanza por la que hemos de seguir luchado, siempre es posible un mundo como el que tu nos dibujas en este poema, siempre es posible el perdon, la paz, y la esperanza.
Un abrazo y mis mejores deseos

Anónimo dijo...

Gracias por visitarme, amigo. Fue un placer porque eso me permitió descubrirte en cuanto el tiempo me lo permitió. Me he sentido identificado con tu manera de entender la poesía, que es un género que adoro. Así que me llevo una grata impresión y a ver si podemos ser buenos amigos. Je, je, je. Al mundo le faltan poetas sin duda, por lo que enhorabuena por tu sensibilidad. Un abrazo grande.

Mar dijo...

La esperanza no debe morir nunca... Precioso vicente.

Besitosssssssss